¿Quién jala a cerrar la Vía Atlixcayotl?

Todo fue muy rápido, desde el inicio el plan era cerrar la Vía Atlixcayotl. Casi se llevaba a cabo el jueves pero seguramente el cuórum habría sido mucho menor y así no se iba a poder.

El miércoles 7 de febrero en grupos de ciclistas, peatones y rollers se empezó a correr la noticia: habían atropellado a una chica cuando cruzaba la Vía Atlixcayotl, una vialidad que desde antes de su construcción estuvo manchada de corrupción, explotación y abuso. Pero de eso yo no sé mucho, lo que sí sé y me viene a la mente al pensar en ella es el asesinato de un estudiante de Ciencias de la Comunicación de la BUAP a inicios de 2009, de ello supe al ingresar a la facultad en el segundo semestre de ese año. Los estudiantes de entonces, se manifestaron para exigir entre otras cosas un puente peatonal. Y no los culpo, con el desconocimiento de entonces, yo también habría pedido un puente de los que ahora llamamos anti peatonales.

El mismo miércoles 7 de febrero de este 2024, por la tarde cuando en grupos de redes sociales se debatía si la manifestación debería realizarse al siguiente día o hasta ese viernes, una imagen llegó a nuestros ojos. Era el video de un sujeto al que habían detenido luego de que en estado de ebriedad había arrollado a otra estudiante de la BUAP, esta vez en Avenida Zavaleta. Ella no había corrido con tanta suerte como la de la mañana, probablemente perdería las piernas.

Algunas personas proponían hacer manifestaciones artísticas, otras realizar pintas, pero lo que más apoyo tenía era la primera idea compartida, la que se enunció en uno de los grupos ese miércoles a las 13:25 con ocho palabras: ¿Quién jala a que cerremos la Vía Atlixcayotl?

Es viernes 9 de febrero. Desde las dos de la tarde ya hay algunas personas atentas a la zona. En los grupos se reporta la presencia de sujetos con chalecos fluorescentes y camionetas de la Secretaría de Movilidad. Entre los mensajes se lee un «hay chinguísimo de tráfico y ellos sólo están parados». Comparten fotos de los susodichos y efectivamente, revisando sus celulares atajados con la poquita sombra que encontraron junto al inservible semáforo peatonal, inservible porque no está en funciones, no porque no tenga sentido su existencia. La paranoia se lee en mensajes de quienes creen que esos enchalecados son policías disfrazados. A quienes más le tenemos miedo es a quienes deben protegernos, eso fue palpable ayer cuando se definieron algunos puntos de seguridad para cuando se cerraran ambos sentidos de la vialidad: si la policía nos agrede, no responder, replegarnos, huir, juntarnos, contenernos e ir a casa; si un automovilista nos agrede, lo mismo, además no responder con violencia ni física ni verbal, no perseguir, juntarnos, contenernos e ir a casa. No pensamos en la posibilidad de un grupo de choque.

Salí de trabajar y llegué al punto de encuentro a eso de las 4:30 de la tarde. Llegué por el parque lineal, me detengo poco antes del cruce frente al Complejo Cultural Universitario y noto a cuatro hombres parados allí, vigilando lo que pasaba abajo; no con curiosidad como si no supieran lo que sucedía, más bien con mucha atención, con particular interés y hasta ligeras muestras de desesperación. Dos hombres chaparros y morenos, uno de ellos medio pelón y el otro con vasto cabello cano. Un tercero alto, más grande de estatura y de edad que los otros, blanco y canoso. El último con al rededor de 30 años, el más joven del cuarteto.

Al asomarme veo frente al CCU a un pequeño grupo de ciclistas, son pocas personas, pienso con desilusión. Alcanzo a reconocer gente, les sonrío a lo lejos. Qué desmadre ¿no? me dice un tipo que se paró junto a mí a ver lo que aún no era una manifestación. Platicamos brevemente, le digo como si no supiera quiénes están abajo, que sospecho que ya no van a cerrar porque los enchalecados que antes estaban muy cómodos revisando sus celulares, ahora se paran frente al paso peatonal cada que el semáforo cambia a rojo, sujetando unos banderines naranja fluorescente que contrastan con sus chalecos verdes también fluorescentes y con reflejantes. Así los automovilistas sí alcanzarán a verlos y podrán frenar en vez de ignorar la indicación del semáforo que les ruega que se detengan y no se lo vuelen a más de 90 kilómetros por hora arriesgando la vida de quienes se disponen a cruzar por las rayas pintadas en el suelo dispuestas para quienes pasan de un lado al otro de la avenida.

En los grupos hay mensajes preguntando a qué hora comenzará el cierre que se tenía programado para las 16 horas. Faltando un minuto para las cinco se lee en un mensaje que dice Vamos arrancando. Y sí, a las cinco en punto la banda ciclista se atraviesa durante el semáforo en rojo y se queda entre el paso peatonal y los automovilistas que comienzan a pitar. Los de chalecos se quedan detrás de quienes ahora sí se empiezan a manifestar. Ni un minuto dura el semáforo en rojo y se escuchan más cláxons. Pasaron seis minutos para que el primer automovilistas intentara romper el bloqueo. Avanza y se topa con una ciclista trans que se le para de frente y con valor incalculable lo hace echarse de reversa y salir por otro lado. Tres minutos después, otro automovilista lo intenta, acelera con sentido a la humanidad de quienes gritan «Ni una más, ni una más, ni una muerte vial más», pero se detiene al no ver flaqueza de su parte. Un elemento de seguridad se acerca a él para indicarle que por allí no va a pasar y le señala hacia dónde se debe dirigir. Alcanzo a escuchar unos «Sí se puede, sí se puede» y sí, sí pudo continuar su camino.

Ya son las 5:14 de la tarde, el sol está a mi derecha, siento el viento corriendo con suavidad, escucho el sonido de los automovilistas pitando y no me molesta, de hecho creo que armoniza con las consignas de la gente que está allá abajo exigiendo seguridad y tranquilidad al moverse. Tranquilidad.

Un señor alto, panzón, con el rostro cubierto por un cubrebocas negro, usando una camisa negra y una gorra se acerca de frente al bloqueo, lo veo manotear como corriendo a quienes están allí. Los tipos de chaleco ya no están, los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública que antes muy preocupados por su labor de proximidad de caminos indicaban a los automovilistas por dónde podían burlar la manifestación, ahora se empezaron a retirar lentamente, casi ni llamando la atención. El sujeto de negro intenta intimidar a mis amigas, las conozco, ya estoy grabando con el celular porque para eso estoy aquí arriba, para capturar en video cualquier situación. Ellas no se inmutan, lo miran a los ojos, firmes. Unas 7 personas están grabando a nivel de calle, se acercan a él para capturar su rostro, algunas de esas personas son reporteras. Otro sujeto con una polo rosa y una bolsa cruzada sobre el pecho está con él. Por un momento se coloca junto a lxs manifestantes. Lo veo cubrirse el rostro.

Escucho que dos mujeres gritan, ellas y el de la polo rosa ya no ven al sujeto de negro, ven detrás de él. Quién sabe salidos de dónde, viene un grupo de hombres, los intento contar: dos, cuatro, seis, creo que son 10, al menos son 10, el de negro le arrebató el celular a alguien de quienes grababan. De aquí todo pasa muy rápido, no puedo grabar todo lo que pasa, intento hacer zoom y grabar los rostros del grupo de choque, trato de grabar que le están pegando a alguien, que empujaron a una chica, que los que supuestamente están para cuidar a la ciudadanía se están retirando, que le acaban de reventar la boca a alguien, que están haciendo por arrebatar las bicicletas a quienes intentan detener el avance de los agresores. Escucho que la de capucha negra grita ¡Basta! ¡Basta! ¡Esto es represión! Escucho a un tipo de camisa sin mangas gritando ¡Ábranse a la verga! Trato de grabar que la misma ciclista trans que hace unos minutos se paró frente a un auto ahora está firme resistiendo a los jalones de los tipos, que están pateando a alguien que está en el suelo, que los dos chaparros que estaban aquí arriba cuando llegué ahora están mirando fijamente el suceso pero ya no están tomando fotos ni grabando, que algunos de los policías están tomando fotos a lo lejos, que la de capucha azul se acerca a ellos para pedirles que hagan algo y la ignoran, que ahora los golpeadores juegan a ser tranchos y ningún automovilista parece tener problema con ello, avanzan, sólo les importa seguir su camino, todo el tiempo sólo les importó seguir su camino. La manifestación se diluyó a golpes, se replegaron hacia el Complejo, los polis salieron de donde estaban y otra vez están dirigiendo el tráfico gracias al dios de los coches, la veintena que conforma el grupo de choque se retira en fila casi casi, van caminando a contraflujo del tránsito a paso veloz pegados a la banqueta. Los voy a seguir para ver a dónde van.

No alcancé a grabar, pero se subieron a 4 vehículos que estaban estacionados en la entrada de proveedores del CCU, mi memoria alcanza a recordar una camioneta blanca y un taxi de la base Ideal que está en Lomas de Angelópolis, creo también un Tsuru negro. Van todos apretados. Me pregunto, ¿qué van pensando? ¿cuánto cobraron? ¿quién los mandó? ¿van platicando entre ellos o van en silencio? ¿lo disfrutaron? ¿se sentirán mal por haberlo hecho, pero no tanto porque piensan en su familia? ¿piensan en su familia?

Regreso al punto en donde lo vi todo. Los manifestantes están en la entrada peatonal del complejo cultural de la BUAP, no alcanzo a ver si no quieren entrar o no les dejan pasar. Abajo todo parece haber regresado a la normalidad, otra vez hay policías cumpliendo la importantísima misión de agilizar el paso de los automóviles, aunque nadie esté deteniendo el tráfico cuando el semáforo deja de brillar en verde. Todo fue tan rápido que me es difícil asimilar que apenas sean las 5:18. No fueron ni 5 minutos.

La quietud urbana del crucero de la Vía Atlixcayotl y Cúmulo de Virgo me sobrepasa. He estado parado aquí poco más de una hora después de lo sucedido. Esperé a que hasta la última persona en bicicleta se retirara. Esperé a que nadie regresara a violentarles. Esperé. Hace 10 minutos llegaron dos tipos con chalecos fluorescentes y bandera naranja. Uno de ellos se para a unos metros del camellón cuando el semáforo cambia a rojo, el otro le toma fotos y el elemento de la Secretaría de Seguridad deja de usar el silbato con el que indica a los automovilistas que avancen, para ahora usar su boca para decirle a una señora de unos 50 años que se apure a cruzar porque sino luego las atropellan. El próximo lunes, el gobernador Sergio Salomón dirá algo similar en su rueda de prensa mañanera, «qué pasaría si un automovilista no pudiera aplicar los frenos a tiempo».

Si tan sólo el gobernador supiera que en él está que si un automovilista no puede aplicar los frenos a tiempo, no vaya tan rápido como para tener que sumar una muerte vial más. Si tan sólo estuviera dispuesto a asumir el costo político de salvar vidas. Si tan sólo alguien estuviera dispuesto a asumirlo.

En los grupos ya llegan mensajes avisando que han llegado a su casa. Yo también me voy a la mía. Espero poder llegar a la mía en esta ciudad en la que uno no puede estar tranquilo al moverse por las calles, ni estar tranquilo por exigir tranquilidad para moverse por las calles. Espero llegar.

¿Dónde están los gais en el futbol mexicano?

Hace un mes (el 19 de feb) fue el Día Internacional contra la LGBTI+fobia en el Deporte, y por esos días anduve piense y piense en algo que ya me había dado vueltas en la cabeza, y básicamente es el qué tan normalizado está el que -aparentemente- no haya jugadores homo/bisexuales+ en el futbol mexicano y mundial, y en contraste la existencia pública y activa de jugadoras bisexuales/lesbianas+ en el futbol femenino.

En corto, ¿puedes nombrer UN jugador que no sea heterosexual?

Quizá hayas mencionado a Josh Cavallo, el mediocampista australiano que en octubre de 2021 hizo público un video en el que cuenta brevemente cómo fue no ser completamente él en su entorno y luego lo bien que se sintió cuando le contó a la gente a su alrededor. Antes de él, Andy Brennan otro australiano lo hizo público en 2019; los antecedieron otros 6 jugadores desde 1990, año en que el inglés Justin Fashanu se convirtió en el primer futbolista en declararse abiertamente homosexual y no le fue muy bien, pues después de eso su carrera deportiva y personal, fueron en picada, hasta suicidarse 8 años después tras una acusación falsa de violación a un menor de 17 años. 

A diferencia de Brennan, a Cavallo después de su video, ligas, equipos y deportistas de todo el mundo lanzaron pequeñas muestras de apoyo al inglés, tuits, videos, publicaciones en Facebook, declaraciones a prensa, comunicados… pero no hubo más hombres que salieran a decir «yo también soy».

De esos 8 jugadores en más de 30 años, hay 3 estadounidenses, 2 australianos, 1 francés, 1 sueco y 1 inglés. Ni un latino. Y más en cortito ni un mexicano o de otra nacionalidad que juegue  en México.

¿Y las mujeres? 

Bueno, hay un artículo en Wikipedia llamado Homosexualidad en el futbol profesional, ahí empecé para saber qué jugadores eran abiertamente no heterosexuales. Dicho artículo tiene un apartado bajo la sección Historia que dice Futbol masculino, y también bajo Futbolistas profesionales públicamente gais. Pero no hay subtema sobre Futbol femenino o Futbolistas mujeres públicamente lesbianas o bisexuales o alguna otra orientación. Lo que se dice, al final del primer párrafo del artículo es: Por otro lado, una situación contraria sucede en el fútbol femenino, donde existe una mayor tolerancia social hacia el lesbianismo y la bisexualidad de las jugadoras, con un importante número de futbolistas profesionales que se han declarado públicamente como parte del colectivo LGBT. Ahí nomás.

Y sí, ahora mismo pienso en Veronica Martins jugadora del Club Puebla, que presentó a Viri Kloss como refuerzo en enero de este año (2022) con un «…y aparte es mi novia». O la americanista Janelly Farías y la rayada Rebeca Bernal con ese beso tras el título de Monterrey en el Apertura 2021. Bianca Sierra, Sthepany Mayor, Nayeli Rangel, también en el futbol mexicano. Ni hablar de otros países, por ejemplo están Marta Vieira da Silva, María Pilar León, Lola Gallardo, Lorena Benítez, Ali Krieger, Ashlyn Harris, Vivianne Miedema; es más pa’ pronto la segunda mejor jugadora del mundo de 2021 es lesbiana, Sam Kerr, lo mismo que la de 2020: Pernille Harder. Así como la que supongo la mayoría topa, la estadounidense y mejor jugadora del mundo en 2019, Megan Rapinoe.

Entonces, si hay tantas y tan visibles mujeres no heterosexuales en el futbol profesional, ¿por qué no sucede lo mismo con el deporte varonil? ¿Por qué si hay más de 400 jugadores en la Liga MX, no sabemos ni siquiera de un jugador no heterosexual? Estadísticamente, creo que es imposible.

¿Importa? Sí y no. 

No debería, claro, porque eso no afecta su juego e idealmente no debería afectar nada, ni los tratos de las directivas, ni la convivencia con sus compañeros de equipo, ni la interacción con la afición. Pero sí importa porque así como el futbol femenino ha ayudado a que más niñas y adolescentes digan «claro, yo que soy mujer también puedo llegar a jugar de manera profesional», también puede suceder con los niños, adolescentes, jóvenes y adultos no heteros; y no sólo para que digan yo también puedo ser pro, sino para que ellos como las personas cercanas a ellos vean con más normalidad el no ser heterosexual, «ese jugadorazo que admiramos es gay, y yo también» o el hijo, el sobrino, el nieto. La representatividad es importante.

Entonces mis últimas preguntas son ¿Por qué existiría «un closet» en el futbol mexicano? ¿Por la afición? ¿Por la misma liga? ¿Los clubes? ¿Los patrocinadores? ¿Por todo?

Ellas en la cancha II

En la entrada pasada les contaba sobre la selección femenil en la era moderna del futbol mexicano. La llamo moderna porque ya habíamos nacido, no por otra cosa. Los que saben la llamarán de otra manera, supongo.

Pero les contaba al final que en la historia del balonpié nacional, las mujeres ya estuvieron más allá que los hombres, y la historia va más o menos así:

En 1921 la Football Association de Inglaterra, que es la asociación de soccer nacional más antigua del mundo, prohibió a las mujeres jugar este deporte que varios años atrás, durante la Primera Guerra Mundial, tomó fuerza  debido a que no había hombres para jugar, ni para trabajar. Como resultado las empresas además de contratar mujeres para suplir a sus obreros, decidieron también abrir espacios para que ellas se distrajeran de sus labores y de paso ofrecer un espectáculo a la ciudadanía. ¿Por qué lo prohibieron? Bueno, la guerra ya había terminado y los soldados habían regresado a sus ciudades. Ya no había necesidad de tener a las mujeres «fuera de las cocinas de sus casas». Además de que a los hombres que regresaron no les encantó la idea de que «las delicadas y débiles féminas» estuvieran jugando, y jugando muy bien el deporte de ellos, los hombres fuertes y viriles.

Afortunadamente la lucha feminista del momento, logró entre sus victorias, abolir la prohibición instaurada por la FA casi 50 años antes. Así en 1969 se creo además la rama femenil en la federación. El impacto fue tal que a finales de 1969 la Asociación Mexicana de Futbol Femenil -sí, eso existía- inauguró una liga de mujeres, llamada Liga Americana, dirigida por Efraín Pérez. En ella había un total de 16 equipos, de los cuales 10 eran del Distrito Federal y los otros 6 del interior del país. En la Federación Internacional Europea de Futbol Femenil se enteraron de esto y decidieron invitar a la AMFF a participar de la Coppa del Mondo a realizarse en Italia el siguiente año. Efraín Pérez se convertiría así en el primer director técnico de un representativo nacional femenil.

Este primer mundial realizado en 1970 contó con la participación de 7 equipos, aunque originalmente eran 8 pero Checoslovaquia no llegó debido a problemas con su papeleo. Inglaterra, Alemania y Dinamarca en el grupo denominado Norte; y México, Austria, Italia y Suiza en Sur. Las mexicanas anotaron 9 goles en su primer encuentro contra Austria y de ellas no recibieron anotación alguna, con lo que pasaron a semifinales, en las que Italia las venció 2-1. Ya en el encuentro por el tercer lugar le ganaron a Inglaterra 3 a 2. La copa se la llevó Dinamarca con marcador de 2 – 0 sobre las anfitrionas italianas. El resultado de la escuadra azteca contrasta con el apoyo que recibieron en México donde había pasado recientemente la Copa del Mundo varonil, para poder realizar el viaje al Mundial, pues lo hicieron bastante apretadas económicamente y con uniformes donados, además de con apoyo de la Federación Italiana de Futbol Femenil.

A la gente le gustó tanto el desenvolvimiento de las jugadoras latinas que desde la FIFF fueron invitadas a organizar la siguiente justa mundialista con la condición de gestionar una gira de la selección italiana en tierras mexicanas. Dicho y hecho, en octubre de 1970 se jugaron dos amistosos entre ambas selecciones. El primer juego pasaría a la historia como el primer encuentro de futbol femenil internacional disputado en el Estadio Azteca ante más de 60 mil personas que acudieron a presenciar la victoria de las locales 2 goles a cero. El segundo se llevó a cabo en el Estadio Jalisco en Guadalajara, en donde el resultado fue un empate a tres. Para la Federación Italiana la gira fue considerada un éxito y reafirmaron así la idea de que el siguiente mundial fuese en México.

En 1971 con apoyo de la Confederación Deportiva Mexicana se fundó la Federación Mexicana de Futbol Femenil, y se logró hacer un Mundial más y mejor organizado que su predecesor, mascota incluida: Xochitl 71.

Para ese momento y en tan sólo un año, la Liga Americana había alcanzado 26 clubes inscritos, y de la Federación eran parte al rededor de mil equipos en todo el país. De esa manera y luego de meses de visorias se logró concretar una selección que daría pelea a las representantes de Inglaterra y Argentina que con las locales formaban el grupo A cuyos encuentros se realizarían en el Estadio Azteca mientras que en el Jalisco jugarían Italia, Dinamarca y Francia del grupo B.

Selección mexicana de futbol femenil 1971

En el partido inaugural México le ganó 3 a 1 a su igual de Argentina, y también en grupos las locales propinaron goliza de 4 goles a cero a las inglesas. En semifinales las mexicanas se levantaron sobre la escuadra italiana 2 a 1, mientras que ya en la final y ante 110 000 personas el 5 de septiembre en el Estadio Azteca, las mexicanas no pudieron meter el balón a la portería de las de Dinamarca quienes anotaron 3 tantos que les consiguieron el honor de levantar la copa por segunda ocasión. El futbol femenil en nuestro país había tenido asistencias impensadas a los estadios, de verdad parecía que había público para esta rama.

Las seleccionadas fueron invitadas nuevamente a participar de un torneo internacional en 1986, luego de que la Copa del Mundo dejó de llevarse a cabo -por razones que no encuentro- y en su lugar se organizó en 1981, 1984, 1985, 1986 y 1988 el Mundialito también en Italia. En la única edición de las que la selección Mexicana formó parte, quedó en último lugar de su grupo cayendo sin anotar contra China que le metió 3 goles y contra las italianas que les dejaron caer 6.

Sin embargo estos torneos y los resultados de la selección de México, no se encuentran en los anales de la historia de la FIFA, quienes desde 1930 organizaban el Mundial varonil pero no encuentros entre mujeres. De hecho, no fue sino hasta 1991 que se realizó la primera Copa del Mundo avalada por la Federación Internacional de Futbol Asociación luego de que en 1988 en China se realizara una prueba para constar que un evento femenil podría funcionar. Como si México 1971 no hubiese sido suficiente prueba. Esto porque los anteriores al del 91 fueron torneos amateur, es decir no había equipos con jugadoras que recibieran paga. De hecho, para la final en México 71 se habló de repartir 2 millones de pesos a las seleccionadas mexicanas tras una exigencia de ellas a modo de agradecimiento por los buenos resultados y el gran espectáculo brindado, sin embargo esto casi les hizo perder la oportunidad de jugar, pues los directivos de la selección danesa aseguraron que si sus rivales recibían dinero se convertirían en profesionales pues al recibir un pago económico perdían la calidad de amateurs.

El recorte con el que ilustro este texto, corresponde a la portada del diario El Informador de Guadalajara, Jalisco; fechado en lunes 6 de septiembre de 1971, un día después de jugada la final de la Copa del Mundo. Sí damas y caballeros, salieron en portadas de periódicos luego de hacer cosas chingonas.

Pese a eso el futbol femenil nacional fue desapareciendo de los reflectores con el paso de los años, pero no dejó de existir. El motivo fue, quizá uno parecido al que llevó a la Asociación de Futbol inglesa a prohibir el deporte femenil en 1921: misoginia pura. Pero de eso les platico en la próximo publicación.